La observación fenomenológica, la reflexión, la experiencia, el desaprender y el reaprender nos permiten acercarnos a una “totalidad auténtica” a las que recurrimos para “buhar” en conjunto con la organización. Significa entonces que el “buhar” es una práctica organizacional, grupal o individual, que permite explorar en forma conjunta situaciones de tensión, incertidumbre o de desarrollo en las organizaciones, como por ejemplo:
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Reconocer el pasado que trajo a la organización hasta el presente y aquello que viene a querer ser su futuro para anticipar procesos de cambio.
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Re-conocer aquello que mantiene unida y coherente a la organización y la forma de dinamizarlo.
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Re-conocer el “estado de “salud” del complejo tramado de relaciones que dan vida a la organización.
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Distribuir responsabilidades en libertad en base a las capacidades que se requieren para asumir funciones.
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Re-conocer la organización como organismo y no solo como mecanismo.
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Acotar las consecuencias de los contextos de incertidumbre.
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Facilitar el cambio generacional, procesos de sucesión y delegación
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Transformar en energía de desarrollo las tensiones/ conflictos en las relaciones societarias y entre pares, colegas, colaboradores, clientes, proveedores, etc.