qué hacemos

Implementación del modelo Autogestivo

Hacia la creación de organizaciones autogestionables

Cada vez son más las organizaciones que en estos tiempos de incertidumbre se preguntan:  
 

  • ¿Cómo reconocer con claridad para qué existimos?

  • ¿Qué necesidades de la comunidad atendemos y qué necesitamos para atender esas necesidades?

  • ¿Cómo asegurar que lo que necesitamos sea atendido libremente por uno o más responsables en la organización, potenciándola?

  • ¿Cómo reconocer quienes son responsables de atender cada necesidad y no queden zonas “grises” o “tierra de nadie”?

  • ¿Cómo asegurar que cada miembro conozca el alcance y los límites de su responsabilidad y los de sus colegas?

  • ¿Cómo propiciar un encuentro humano genuino (trabajo en grupo) que promueva desarrollo y crecimiento dentro del proceso continuo de cambio en el que estamos inmersos?

  • ¿Cómo balancear nuestros pesimismos, miedos, optimismos y enojos?

  • ¿Resistiremos? ¿Qué necesitamos para mantenernos realmente vitales como organización?

Autogestión se trata de la búsqueda permanente de respuestas a estas preguntas. Autogestión se trata de desarrollar organizaciones a partir del autodesarrollo de las personas y grupos que las integran. Autogestión significa un proceso continuo de reconocimiento de responsabilidades en libertad dentro de una organización y comprende:

  • Las propias responsabilidades y las de las demás personas que trabajan para alcanzar un objetivo/propósito individual (nivel personal)

  • Las responsabilidades de un grupo de personas que trabajan juntas para alcanzar un objetivo/propósito compartido (nivel grupal)

  • Las responsabilidades de grupos que trabajan juntos para alcanzar un objetivo/propósito de una organización dentro de un todo coherente (nivel organizacional)

A su vez, esas responsabilidades libremente asumidas abarcan el cuidado de:

  • los recursos necesarios para ejercerlas
    (el “cuánto”)

  • la formas de organizar las tareas y sus tiempos
    (el “cuándo” y el “cómo”)

  • el encuentro entre personas, funciones y roles
    (el “con quiénes”)

  • el ADN único de cada organización que la hace coherente
    (el “para qué”)

Las formas de pensar, sentir y actuar en las cuatro dimensiones precedentes “viven” en un estado de mutua interdependencia y constituyen una entidad viviente compleja que necesita de continua dinamización para no paralizarse y así superar las tensiones internas y externas. Las personas que forman ese Organismo se convierten en sus “órganos sensoriales” y ello requiere que sean capaces de detectar esas tensiones y de trabajar juntas para superarlas coherentemente y así mantener su vitalidad, su longevidad.